Derecho a la atención y a la protección de la salud: significa recibir atención médica oportuna y tratamientos adecuados sin discriminación de ningún tipo, información en lenguaje sencillo y claro, un trato cordial y respeto por nuestro cuerpo, nuestra privacidad, nuestro tiempo y nuestras decisiones.
Derecho a la privacidad y confidencialidad: todos tenemos derecho a que se respete nuestra intimidad. La información sobre nuestra salud debe mantenerse en reserva y ser considerada confidencial y amparada por el secreto médico. Las y los adolescentes también tienen derecho a solicitar y recibir información y servicios de salud sexual y reproductiva sin que se exija la presencia y/o autorización de sus padres.
Derecho a la educación y a la información: tenemos derecho a conocer nuestro cuerpo, saber cómo funciona y las formas de cuidarlo evitando riesgos y enfermedades. Precisamos contar con información adecuada para poder tomar decisiones libres y responsables.
ADEMÁS, EN LOS SERVICIOS DE SALUD TENEMOS DERECHO A:
- Recibir trato cordial y respetuoso.
- Ser atendidos en lugares apropiados y cómodos que permitan privacidad.
- Recibir atención y cuidados sin discriminación de ningún tipo (edad, estado civil, raza, nacionalidad/origen, orientación sexual u otros).
- A que nos escuchen con atención y tiempo suficiente, que nos den información en un lenguaje sencillo y claro, que nos respondan nuestras dudas, que nos expliquen en forma clara y tantas veces como sea necesario el diagnóstico, el tratamiento y estudios disponibles, que cuando sea posible podamos elegir el tratamiento y el momento para realizarlo, que permanezcamos internados sólo el tiempo que sea necesario y que se respete nuestro cuerpo, nuestra identidad, historia personal, tiempo y decisiones.