Este jueves 3 de febrero, se conmemoró el 170º Aniversario de la Batalla de Caseros y el 209º aniversario del Combate de San Lorenzo. El acto estuvo encabezado por el presidente Municipal de Colón José Luis Walser, el vicepresidente municipal Ramiro Favre, representantes de fuerzas de seguridad, concejales y funcionarios.
El Intendente de Colón hizo una ofrenda floral en el busto que recuerda a Justo José de Urquiza en la plaza Artigas acompañado por el Viceintendente, concejales y una representante de Prefectura Naval Argentina de Colón. A su vez, la ceremonia contó con la participación de la docente e historiadora Lorena Muñoz, quien brindó unas palabras alusivas en referencia a esta fecha.
La Batalla de Caseros ocurrió el 3 de febrero de 1852, cuando el ejército de la Confederación Argentina al mando de Rosas fue derrotado por el Ejército Grande compuesto por fuerzas de Brasil, Uruguay y las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe y los unitarios exiliados, liderados por el General Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos.
El Combate de San Lorenzo tuvo lugar en 1813 en la localidad homónima de la provincia de Santa Fe, entre las fuerzas independentistas rioplatenses y las españolas, batalla en la cual venció el Regimiento de Granaderos a Caballo bajo las órdenes de José de San Martín.
A 170 años de la Batalla de Caseros
1852 – 3 de febrero – 2022
Prof. Lorena Muñoz
Este 3 de febrero conmemoramos un nuevo aniversario de la batalla de Caseros.
Benjamín Victorica, quien entonces oficiaba de secretario del general Pacheco, jefe de la vanguardia rosista, dijo de esa jornada:
“…el fragor de la batalla se sentía en dirección a Caseros, hacía un calor insoportable: el movimiento de todas aquellas multitudes de tropas y caballos y de carros levantó una polvareda inmensa, que, mezclada luego con el humo de las armas de fuego y de las quemazones, hacía insoportable el ambiente que se respiraba, y pronto no nos alcanzábamos a ver las caras a veinte pasos.”
Esta batalla representó el fin de la tiranía rosista y el ascenso de Justo José de Urquiza, quien era gobernador de Entre Ríos desde 1841.
El punto clave de la oposición a Rosas era la cuestión de la Constitución. Este era un reclamo que mantenían los firmantes del Pacto Federal de 1831 y que Rosas siempre había eludido. Los gobernadores reclamaban una Constitución que ordenara, entre otras cosas, el tema de la Aduana. Esto para Buenos Aires significaba perder su situación privilegiada, y para Rosas, su condición de árbitro entre las provincias.
Por otra parte, cuando en 1851 Rosas presentó su renuncia como gobernador y encargado de las Relaciones Exteriores de las provincias, costumbre que repetía anualmente para reafirmar su poder y comprobar la lealtad de sus seguidores, Urquiza se la aceptó el 1 de mayo, reasumiendo las Relaciones Exteriores de Entre Ríos e invitando a las demás provincias a imitarlo. Ese hecho fue conocido como el Pronunciamiento de Urquiza y marcó la ruptura definitiva con Rosas. De hecho, fue el gobernador entrerriano quien organizó la coalición que derrotaría al gobernador de Buenos Aires.
El prestigio de Urquiza nucleó a su alrededor a todos los enemigos de Rosas. En mayo de 1851 se reunieron en Montevideo representantes de Brasil, Entre Ríos y la Banda Oriental y constituyeron una alianza destinada a destituir a Rosas.
Urquiza al frente de un ejército formado por entrerrianos y correntinos, se dirigió a la Banda Oriental mientras la armada brasileña bloqueaba el río. Viéndose perdido, Oribe (aliado de Rosas) capituló el 8 de octubre de 1851. Su ejército quedó en manos de Urquiza quien pasó a Diamante. Al entrar en Buenos Aires, el gobernador de Entre Ríos tenía un ejército de casi 30.000 entrerrianos, correntinos, brasileños, orientales y porteños disidentes.
El ejército de Rosas estaba al mando del General Pacheco, pero ante su renuncia, el mismo gobernador se puso al frente.
El 3 de febrero de 1852 ambos ejércitos chocaron en las cercanías de la estancia de la familia Caseros. Ante el triunfo aliado, Rosas se dirigió a Buenos Aires donde presentó su renuncia. Esa misma noche junto a sus hijos se embarcó en una fragata que lo condujo a Inglaterra.
La victoria del Ejército Grande implicó la renuncia y el exilio de Rosas y el posicionamiento de poder de Urquiza y de la misma provincia de Entre Ríos. El paso más importante hacia la sanción de una Constitución se dio de modo urgente. Así, en el mes de junio de 1852, la firma del Acuerdo de San Nicolás tuvo por objeto acercar el día de la reunión de un Congreso General que, con arreglo a los tratados preexistentes y al voto unánime de Todos los Pueblos de la República debía sancionar la constitución política que regularice las relaciones que deben existir entre todos los Pueblos Argentinos.
En 1852 el gobernador entrerriano Justo José de Urquiza daba el discurso que instalaba el Congreso Constituyente.